martes, 16 de abril de 2013

LA LIBERACIÓN DE LA MUJER A TRAVÉS DEL ISLAM


En el nombre de Allah, Misericordioso y Clemente

Desgraciadamente creo que debería publicar esto una vez al mes, aunque creo que ni aún así se evitará comentarios como que la mujer musulmana no es libre, es sumisa al hombre y que tiene derechos. Todos sabemos que la libertad de la mujer vino con el Islam, y para los que no lo sepan, vamos a volverlo a recordar. Posiblemente para muchas mujeres el derecho al voto que tienen desde hace muy pocos años es un gran logro, para la mujer musulmana no es algo nuevo, ya que la mujer musulmana tiene derecho a votar desde hace 1.400 años. A si que no sé donde se ve el atraso, yo sólo veo adelanto.

LA LIBERACIÓN DE LA MUJER A TRAVÉS DEL ISLAM

(artículo escrito por Mary Ali y Anjum Ali, publicado en inglés por el Instituto de Información y Educación Islámica de Chicago, Estados Unidos, en http://www.alrahman.org/women.htm)

Traducido por Néstor Pedraza, excepto la traducción de las citas coránicas, que fueron tomadas de El Mensaje del Qur’an, versión inglesa de Mujámmad Assad traducida al español por Abdurrasak Pérez. Modificado por Tasnim.

Hoy día la gente cree que la mujer está liberada en Occidente y que el movimiento de liberación femenina comenzó en el siglo XX. En realidad, el movimiento de liberación femenina no fue iniciado por las mujeres, sino que fue revelado por Dios en el siglo VII a un hombre de nombre Mujámmad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), quien es conocido como el Sello de los Profetas. El Corán y las tradiciones del Profeta (PB) o Sunna, son las fuentes de las que toda mujer musulmana deriva sus deberes y derechos.

1. Derechos Humanos.

El Islam, hace 14 siglos, declaró que la mujer tiene la misma obligación de glorificar y adorar a Dios que el hombre, estableciendo que no hay límites para el progreso moral de la mujer. Además, el Islam estableció la igualdad de la mujer y el hombre en su humanidad.

En el Corán, en el primer verso del capítulo (sura) titulado “Las Mujeres”, Dios dice: “¡Oh gentes! Sed conscientes de vuestro Sustentador, que os ha creado de un sólo ente vivo, del cual creó a su pareja y de esos dos hizo surgir a multitud de hombres y de mujeres. Y manteneos conscientes de Dios, en cuyo nombre os reclamáis mutuamente vuestros derechos, y de estos lazos de parentesco. ¡En verdad, Dios os observa continuamente!” (4:1).

En la medida en que hombres y mujeres provienen de la misma esencia, son iguales en su humanidad. La mujer no puede ser de naturaleza demoníaca (como algunas religiones creen) ni el hombre puede ser demoníaco tampoco. Igualmente, ningún género puede ser superior puesto que ello sería contradictorio con la igualdad.

2. Derechos Civiles.

En el Islam, la mujer tiene la libertad básica de escogencia y expresión basada en el reconocimiento de su personalidad individual. Primero, ella es libre de escoger su religión. El Corán establece: “"No cabe coacción en asuntos de fe. Ahora la guía recta se distingue claramente del extravío.” (2:256).

La mujer es alentada en el Islam a compartir sus opiniones e ideas. Hay muchas tradiciones (jadices) del profeta (PB) que muestran que las mujeres podían hacerle preguntas directamente a él y ofrecer sus opiniones en asuntos religiosos, económicos y sociales.

Una mujer musulmana escoge su marido y mantiene su nombre después del matrimonio. El testimonio de una mujer musulmana es válido en disputas legales. De hecho, en áreas en las que la mujer está más familiarizada, su evidencia es concluyente.

3. Derechos Sociales.

El Profeta (PB) dijo: “Buscar el conocimiento es una obligación de todo musulmán (hombre y mujer)”. Esto incluye el conocimiento del Corán y la Sunna así como otro conocimiento. Hombres y mujeres tienen la capacidad de aprender y entender. Debido a que también es su obligación promover el buen comportamiento y condenar el mal comportamiento en todas las esferas de la vida, la mujer musulmana debe obtener la educación apropiada para cumplir este deber de acuerdo con sus talentos naturales e intereses.

La mujer puede trabajar, si así lo desea. Pero si no quiere trabajar, su marido JAMÁS podrás obligarla.

El Islam reconoce y fomenta las diferencias naturales entre hombres y mujeres a pesar de su igualdad. Algunos tipos de trabajo son más apropiados para hombres y otros tipos para mujeres. Esto no va en detrimento de su esfuerzo o beneficio. Dios recompensará a ambos sexos igualmente por el valor de su trabajo, aunque no necesariamente sea la misma actividad.

En relación a la maternidad, el Profeta (PB) dijo: “El paraíso se encuentra bajo los pies de las madres”. Esto implica que el éxito de una sociedad puede ser atribuido a las madres que la levantan. La primera y mayor influencia de una persona proviene del sentido de seguridad, afecto y formación recibido de la madre. Por ello, para que una mujer tenga hijos debe ser educada y concientizada para ser una madre competente.

4. Derechos Políticos.

Un derecho dado a la mujer musulmana por Dios hace 1.400 años es el derecho al voto.(1) En cualquier materia pública, una mujer puede hacer escuchar su opinión y participar en política. Un ejemplo, está en el Corán 60:12: “¡Oh Profeta! Cuando acudan a ti las creyentes para jurarte fidelidad, comprometiéndose a que en lo sucesivo no atribuirán divinidad a nada excepto a Dios, ni robarán, ni cometerán adulterio, ni matarán a sus hijos, ni proferirán calumnias que hayan inventado de la nada, ni te desobedecerán en nada que tú declares justo —acepta su juramento de fidelidad, y pide a Dios perdón por sus faltas pasadas: pues, ciertamente, Dios es indulgente, dispensador de gracia”. Esto establece el derecho de la mujer a elegir su líder y declararlo públicamente. Finalmente, el Islam no prohíbe a la mujer ocupar importantes posiciones en el gobierno. Abdurrajmán Ibn Auf consultó con muchas mujeres antes de recomendar a Uzman Ibn Affan como Califa.

5. Derechos Económicos.

El Corán establece: “¡Considera la creación del varón y la hembra! En verdad, Oh hombres, vais tras metas opuestas!” (92:3-4). En estos versos, Dios declara que Él creó hombres y mujeres para ser diferentes, con roles, funciones y habilidades únicos. Como en la sociedad, donde hay una división de las labores, también en la familia, cada miembro tiene diferentes responsabilidades. En general, el Islam defiende que las mujeres están encargadas del rol alimentador y los hombres del rol protector. Por tanto, las mujeres tienen el derecho a ser mantenidas.

El Corán establece: “Los hombres son responsables del cuidado de las mujeres en virtud de lo que Dios les ha concedido en mayor abundancia a ellos que a ellas, y de lo que ellos gastan de sus bienes (para el mantenimiento de las mujeres)”. (4:34).

Esta tutela y mayor responsabilidad financiera dada a los hombres, implica que ellos deben proveer a las mujeres no sólo con soporte monetario sino con protección física y trato cariñoso y respetuoso.

La mujer musulmana tiene el privilegio de ganar dinero,(2) el derecho a tener propiedades, a firmar contratos legales y a manejar sus activos en la forma que le plazca. Puede tener su propio negocio y nadie tiene ningún derecho sobre sus ganancias, incluido su esposo. El Corán establece: “Así pues, no codiciéis aquello que Dios ha concedido en mayor abundancia a unos que a otros. Los hombres obtendrán una recompensa conforme a sus méritos y la mujeres obtendrán una recompensa conforme a sus méritos. Pedid, pues, a Dios que os dé de Su favor: ciertamente, Dios tiene en verdad conocimiento de todas las cosas.” (4:32).

Una mujer hereda de sus parientes. El Corán establece: “A los hombres les pertenece una parte de lo que dejen los padres y los parientes, y a las mujeres les pertenece una parte de lo que dejen los padres y los parientes, sea poco o mucho —es una parte prescrita por Dios.” (4:7).

6. Derechos de la Esposa.


El Corán establece: “Y entre Sus portentos está el haber creado para vosotros parejas de vuestra misma especie, para que os inclinéis hacia ellas, y haber engendrado amor y ternura entre vosotros: ¡Ciertamente, en esto hay en verdad mensajes para la gente que reflexiona!” (30:21). El matrimonio es por tanto no sólo una necesidad física o emocional, es de hecho, ¡una señal de Dios! Es una relación de mutuos derechos y obligaciones basada en la guía divina. Dios creó a hombres y mujeres con naturalezas complementarias, y en el Corán, Él estableció un sistema de leyes para soportar la interacción armoniosa entre los sexos.

“[…] ellas son una vestimenta para vosotros y vosotros sois una vestimenta para ellas.” (2:187).
La ropa provee protección física y cubre la belleza y las imperfecciones del cuerpo. Del mismo modo, los esposos son vistos de esta manera. Cada uno protege al otro, cubre sus fallas y complementa las características de su pareja.

Para fomentar el amor y la seguridad que vienen con el matrimonio, las esposas musulmanas tienen varios derechos. El primer derecho de la esposa es recibir dote,(3) un regalo del esposo que es parte del contrato nupcial y es requerido por la legalidad del matrimonio.

El segundo derecho de la esposa es el mantenimiento. A pesar de la riqueza que ella pueda tener, su esposo está obligado a proveerle comida, vivienda y vestido. Él no es forzado, sin embargo, a gastar más allá de su capacidad y su esposa no tiene derecho a hacer demandas no razonables. El Corán establece: “¡Que aquel con abundantes medios gaste conforme a su abundancia; y aquel cuyos medios de subsistencia sean parcos gaste conforme a lo que Dios le ha dado! Dios no exige a nadie más de lo que le ha dado —y quizá, tras la dificultad, Dios dará facilidad.” (65:7).

Dios nos dice que los hombres son guardianes de las mujeres y les otorga el liderazgo en la familia. Su responsabilidad de obedecer a Dios se extiende a guiar a su familia a obedecer a Dios en todo momento.

Los derechos de la esposa también se extienden más allá de las necesidades materiales. Ella tiene el derecho a ser tratada con afecto. El Profeta (PB) dijo: “Los creyentes más perfectos son los de mejor conducta. Y entre ellos los mejores son los que dan mejor trato a sus esposas”. Dios nos dice que Él creó compañeros y puso amor, misericordia y tranquilidad entre ellos.

Tanto hombres como mujeres tienen una necesidad de compañía así como necesidades sexuales, y el matrimonio está diseñado para satisfacer dichas necesidades. Si un esposo niega esta satisfacción al otro, vendrá la tentación de buscar tal satisfacción en cualquier parte.

7. Deberes de una Esposa.

Con los derechos vienen responsabilidades. Por ello, las esposas tienen ciertas obligaciones para con sus esposos. El Corán establece: “[…] las mujeres virtuosas son las verdaderamente devotas, que guardan la intimidad que Dios ha ordenado que se guarde”. (4:34).

Una esposa debe guardar los secretos de su esposo y proteger su privacidad marital. Cuestiones de la intimidad o defectos que puedan deshonrarle a él, no deben ser revelados por la esposa, del mismo modo que él debe guardar el honor de ella.

Una esposa también debe guardar las propiedades de su esposo. Debe salvaguardar su hogar y posesiones, en la medida de sus posibilidades, del robo y el daño. Debe administrar con prudencia los asuntos domésticos a fin de evitar pérdidas y desperdicios.

Una mujer musulmana debe cooperar y coordinar con su esposo. No puede, sin embargo, cooperar con un hombre que desobedece a Dios. Ella no debe satisfacer sus solicitudes si él le pide algo ilegal.(4) El esposo tampoco debe tomar ventaja de su esposa, sino que debe ser considerado con las necesidades y la felicidad de ella.

8. Conclusión

El Corán establece: “Y, si Dios y Su Enviado han decidido un asunto, no cabe que un creyente o una creyente reclamen para sí libertad de elección en lo que a ellos concierne: pues quien así se rebela contra Dios y Su Enviado está ya claramente extraviado.” (33:36).

Hace 1.400 años le fueron entregados a la mujer musulmana un rol, unos deberes y unos derechos que muchas mujeres no disfrutan hoy día, incluso en Occidente. Éstos provienen de Dios y están diseñados para mantener el balance en la sociedad; lo que puede parecer injusto o faltante en un lugar, es compensado o explicado en otro lugar. El Islam es una forma de vida completa.

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NOTAS

(1) No se entienda aquí voto como el sufragio en una democracia. El Islam es un sistema socio-económico-político-moral-religioso completo, coherente, diferente y alternativo al capitalismo, al socialismo, y a todos los sistemas creados por el hombre (al respecto véase Leyendo la economía de Rodolfo Llinás). El derecho al voto en el Islam se refiere al derecho de todo musulmán, hombre y mujer, de participar activamente en los asuntos sociales, económicos y políticos de la comunidad. (Nota del traductor).

(2) La mujer musulmana tiene el derecho a ser mantenida, por ello, si trabaja lo que gane es sólo para sus gastos personales, no está obligada a aportar al hogar (al respecto véase Derechos y deberes de la mujer en el Islam). (Nota del traductor).

(3) Como regalo del marido a su nueva esposa, la dote no forma parte de los bienes conyugales, es de ella y en caso de divorcio el marido no puede exigir su devolución en todo o parte. Igualmente, los bienes que tenga la esposa antes de casarse, no entran a formar parte de los bienes conyugales, y el marido no tiene derecho sobre ellos en caso de divorcio (al respecto véase La mujer en la cultura árabo-musulmana). (Nota del traductor).

(4) Al hablar de ilegal se refiere a todo lo que esté en contra del Corán o la Sunna. El incumplimiento por parte de cualquiera de los esposos de uno solo de los derechos y deberes que el Islam establece para cada uno de ellos, puede ser denunciado por el otro esposo como causal de divorcio. El hecho de que uno de los esposos no cumpla con los 5 pilares del Islam, también puede ser denunciado por el otro como causal de divorcio. Por supuesto, las leyes locales del lugar donde habiten los esposos, serán respetadas en la medida en que no sean contrarias al Corán o la Sunna, y en ese sentido, ningún esposo podrá solicitar a su pareja nada que sea ilegal en dichas leyes (al respecto véase Lo que no es el Islam). (Nota del traductor).

Fuente: Diario de una conversa al Islam

lunes, 15 de abril de 2013

Excitación preliminar


En el nombre de Allah, Misericordioso y Clemente

"Cuando desees hacer el amor con tu mujer, no te precipites porque la mujer (también) tiene necesidades (que deben ser satisfechas)." 

El sexo sin estimulación ha sido considerado crueldad. El Profeta dijo; 
"Tres personas son crueles: … un hombre que hace el amor con su mujer antes de estimularla.". 

Otro hadiz compara el sexo sin excitación preliminar con conductas animales: 
"Cuando cualquiera de vosotros haga el amor con su mujer, que no vaya a ella como un pájaro; en lugar de eso él debe ser lento y pausado". El Profeta dijo, "No debe haber ninguno entre vosotros que haga el amor con su mujer como animales; más bien debería haber un mensajero entre ellos." Cuando le preguntaron sobre el significado de ese mensajero, él dijo: "Significa besando y hablando". 
El Imam Ya'far as-Sâdiq ha sido citado como sigue: "…debe haber excitación preliminar mutua entre ellos porque es mejor para el sexo." 
El Profeta dijo, "…todo juego de un creyente es nulo excepto en tres casos: en la equitación, en el tiro con arco y en la mutua excitación con su mujer –estos son haqq. " 
Isháq b. 'Ammár preguntó al Imam Ya'far as-Sâdiq si un hombre podía observar a su esposa mientras está desnuda. El Imam dijo, "No hay problema en eso. ¿Es disfrute otra cosa que eso?".

Por lo que se refiere al papel de la mujer en la excitación sexual, los Imames han elogiado a la mujer que renuncia al pudor cuando está con su marido. Anteriormente cité un hadiz del Imam 'Ali que decía que a la mujer le había sido dada la novena parte del deseo sexual pero que Alláh también le había dado la novena parte del pudor. Había prometido en el capítulo segundo que explicaría la razón fundamental que hay detrás este hadiz. Podría parecer una contradicción este hecho de Alláh, pero no es así. Ambos, el deseo sexual y el pudor han sido puestos para un propósito muy específico. El deseo sexual es para ser desatado; si, desatado, cuando una mujer está con su esposo, pero debe ser atado con el pudor cuando ella está con otra gente. Esto ha sido explicado de forma elocuente por el Imam Muhammad al-Bâqir cuando dijo, "La mejor mujer entre vosotras es aquella que renuncia a su pudor cuando ella se desviste para su marido y que asume su pudor cuando se viste de nuevo."

Estos ahadiz muestran claramente que el esposo y la esposa se deben sentir completamente libres cuando están dedicados a la estimulación mutua, que es conocida como excitación preliminar. No hay nada incorrecto, de acuerdo con el Islam, en que la mujer sea activa y que reaccione con entusiasmo durante el sexo.

Esto es diametralmente opuesto a la moral sexual de los cristianos occidentales durante la época anterior a la revolución sexual. Russell dice, "Las mujeres occidentales de una o dos generaciones atrás pueden recordar como eran advertidas por sus madres de que el coito era un deber desagradable que ellas debían a sus maridos, y que debían 'quedarse inmóviles y pensar en Inglaterra'.". ¿Qué podía engendrar tal moralidad sino una rebelión sexual?.

Por lo que respecta a la sari'ah islámica, todos los muytahidun son unánimes al decir que el acto de la excitación sexual preliminar es, en si mismo, mustahad (recomendado). Por otro lado, está recomendado no lanzarse al coito sin un juego previo. Las ideas clave son: placer y satisfacción mutua

Fuente: Siguiendo las huellas de un extraño...